VIDA Y OBRA DE JOSÉ FRANCISCO DE SAN MARTIN. SU INFANCIA-VIDA EN ESPAÑA-LUCHAS EN AMERICA-ANÉCDOTAS.
VIDA Y OBRA DE JOSÉ FRANCISCO DE SAN MARTIN.
José Francisco de San Martín nació en
Yapeyú, hoy provincia de Corrientes, un 25 de febrero de 1778. Su padre Juan de
San Martin, su madre Gregoria Matorras, y hermanos María Elena, Juan Fermín,
Manuel Tadeo: Justo Rufino.
Los San Martín vivirán en Buenos Aires,
capital del virreinato hasta fines de 1783, cuando fue aceptado el pedido de
Don Juan para regresar a España. A don Juan de San Martin -se le encargó la
dirección de un regimiento en Málaga y allí se instaló la familia.
José, que tenía por entonces ocho años,
estudió en el Seminario de Nobles de Madrid. Allí aprendió latín,
francés, castellano, dibujo, poética, retórica, esgrima, baile, matemáticas,
historia y geografía. En 1789, a los once años ingresó como cadete al regimiento
de Murcia y en poco tiempo ya tomará parte activa en numerosos combates en
España y en el Norte de África. Entre 1793 y 1795 durante la guerra entre
España y Francia, el joven San Martín tuvo una actuación destacada en todos los
combates en los que participó, y ascendió rápidamente en sus grados militares
hasta llegar al de segundo teniente. En la guerra contra las fuerzas
napoleónicas y ya con el grado de Teniente Coronel, fue condecorado con la
medalla de oro por su heroica actuación en la batalla de Bailén el 19 de julio
de 1808.
América-
San Martin estuvo en contacto con ideas
liberales desde muy temprana edad. Al
enterarse de los hechos de mayo de 1810; solicito su retiro de ejército español
y decide emprender regreso a su tierra natal. Antes de eso se instala cuatro
meses en Londres donde ingresa a la “Gran Hermandad Americana” logia creada por
Francisco Miranda (venezolano) que tenía como objetivo la Independencia de
América- utilizando fondos económicos de los británicos. Cabe mencionar que en
este país se estaba desarrollando la Revolución Industrial- y necesitaba nuevos
mercados donde comprar materias primas y vender sus manufacturas. Los
territorios americanos eran un propicio mercado, pero el monopolio español
prohibía tales acciones comerciales.
Finalmente en enero de 1812 San Martín
emprende el regreso a su tierra natal a bordo de la fragata inglesa George
Canning. A poco de llegar San Martín a Buenos Aires, logró que se le
respetara su grado militar de Teniente Coronel y que se le encomendara la
creación de un regimiento para custodiar las costas del Paraná, asoladas por
los ataques de los españoles de Montevideo. Así nació el regimiento de Granaderos a Caballo.
La situación política en Buenos Aires
era complicada, gobernaba el Primer Triunvirato integrado por
Feliciano Chiclana, Manuel de Sarratea y Juan José Paso. Pero el verdadero
poder estaba en manos del secretario de gobierno, Bernardino Rivadavia, que
venía desarrollando una política muy centralista que desoía todos los reclamos
del interior, cada vez más perjudicado por la política económica de Buenos
Aires que fomentaba el libre comercio y mantenía un manejo exclusivo del puerto
y de la aduana.
A poco de llegar, San Martín entró en
contacto con los grupos opositores al Triunvirato, encabezados por la Sociedad
Patriótica. Y creó, junto a su compañero de viaje Carlos de Alvear, la Logia Lautaro, una sociedad secreta
cuyos objetivos principales eran la Independencia y la Constitución
Republicana.
San Martín y sus compañeros se decidieron
a actuar y el 8 octubre de 1812 marcharon con sus tropas, incluidos los
granaderos, hacia la Plaza de la Victoria (actual Plaza de Mayo) y exigieron la
renuncia de los triunviros en un documento redactado por San Martín que
concluía diciendo: «…no siempre están
las tropas para sostener gobiernos tiránicos». Fue designado un segundo
triunvirato afín a la Logia y a la Sociedad Patriótica integrado por Juan José
Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez Jonte.
En una de tantas tertulias de don Antonio
Escalada y su esposa Tomasa, surgió el romance con Remedios. Poco después, el
12 de noviembre de 1812 se casaron. Él tenía 34 años y ella 15.
El 3 de febrero de 1813 los Granaderos
de San Martín entraban por primera vez en combate frente al Convento de San Lorenzo, en Santa Fe. El triunfo
fue total, pero San Martin es salvado por Cabral y el soldado Baigorría. Fue
así que en 1814 se le encomendó el mando del ejército del Norte en reemplazo
del General Belgrano. San Martín aceptó el cargo pero hizo saber a las
autoridades que sería inútil insistir por la vía del Alto Perú y que se
retiraría a Córdoba para reponerse de los dolores causados por su úlcera
estomacal y terminar de delinear las bases de su nueva estrategia militar
consistente en cruzar la cordillera.
En Mendoza comenzó los preparativos para
su ambicioso plan sin descuidar las tareas de gobierno. Fomentó la educación,
la agricultura y la industria y creó un sistema impositivo igualitario cuidando
que pagaran más los que más tenían.
El 16 de agosto de 1816, nació Mercedes
Tomasa de San Martín, la única hija de la pareja.
A principios de 1817 comenzó el heroico
cruce de los Andes.
«Compañeros del Ejército de los Andes:
La guerra se la tenemos que hacer como podamos: si no tenemos dinero; carne y
tabaco no nos tiene que faltar. Cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos
con la bayetilla que nos tejan nuestras mujeres y si no andaremos en pelota
como nuestros paisanos los indios, seamos libres y lo demás no importa.
Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente
libre, o morir con ellas como hombres de coraje.», José de San Martín.
Durante muchos tramos San Martín debió
ser trasladado en camilla debido a los terribles dolores provocados por la
úlcera.
A poco de cruzar los Andes, el 12 de
febrero de 1817, las fuerzas patriotas derrotan a los españoles en la cuesta de
Chacabuco, iniciando de esa forma la independencia de Chile. El 19 de marzo del
año siguiente las fuerzas patriotas sufrieron una derrota en Cancha Rayada. Y definitivamente vencen a los realistas en
Maipú el 5 de abril de 1818.
El 20 de agosto de 1820 partió desde el
puerto chileno de Valparaíso la expedición libertadora. La escuadra estaba
formada por 24 buques y conducía a unos 4.800 soldados. San Martín ordenó
bloquear el puerto de Lima y otro grupo por tierra acorralaron a los
peninsulares. Así, el virrey De la Serna se debió rendirse el 10 de julio de
1821. Ese día entró victorioso el general San Martín a la capital virreinal. El
28 de julio de 1821 San Martín declaró la independencia del Perú.
San Martín abolió la esclavitud y los servicios personales (mita y
yanaconazgo), garantizó la libertad de imprenta y de culto, creó escuelas y la
biblioteca pública de Lima.
Mientras San Martín llevaba adelante su
campaña desde el Sur el patriota venezolano Simón Bolívar, lo venía haciendo
desde el Norte. Finalmente los dos libertadores decidieron reunirse. La famosa
entrevista de Guayaquil. Mientras San Martín era partidario de que cada pueblo
liberado decidiera con libertad su futuro, Bolívar estaba interesado en
controlar personalmente la evolución política de las nuevas repúblicas. El otro
tema polémico fue quién conduciría el nuevo ejército libertador que resultaría
de la unión de las tropas comandadas por ambos. El general argentino tomó
entonces una drástica decisión: retirarse de todos sus cargos, dejarle sus
tropas a Bolívar y regresar a su país.
San Martín decidió abandonar el país en
compañía de su pequeña hija Mercedes rumbo a Europa. Merceditas tenía siete
años y recién ahora conocería de verdad a su padre. En 1825 redacta las famosas
máximas, una serie de recomendaciones para su educación en caso de que él no
estuviera a su lado. Allí le aconseja el amor a la verdad, la tolerancia
religiosa, la solidaridad y la dulzura con los pobres, criados y ancianos; amor
al aseo y desprecio al lujo. Tras pasar brevemente por Londres, San Martín y su
hijita se instalaron en Bruselas. En 1824 pasan a París para que Mercedes
complete sus estudios.
San Martín atravesaba en Europa una
difícil situación económica. Del gobierno argentino no podía esperar nada y ni
el Perú ni Chile le pagaba regularmente los sueldos que le correspondían como
general retirado. Vivía de la escasa renta que le producía el alquiler de una
casa en Buenos Aires y de la ayuda de algunos amigos, como el banquero
Alejandro Aguado que lo ayudó para poder comprar su casa de Grand Bourg.
En 1832 una epidemia de cólera asoló
Francia. San Martín y su hija Mercedes, fueron afectados por esa grave
enfermedad. Los trató un médico argentino, Mariano Balcarce, hijo de un viejo
amigo y camarada de armas de San Martín, el general Antonio Balcarce, vencedor
de Suipacha. Mariano atendió durante meses a los San Martín, aunque podría decirse
que sobre todo prestó mucha atención a Mercedes. Pero la cosa fue mutua y el 13
de diciembre de 1832 Mariano Balcarce y Mercedes de San Martín se casaron y se
fueron de luna de miel a Buenos Aires.
En 1838, durante el gobierno de Rosas,
los franceses bloquearon el puerto de Buenos Aires. Inmediatamente José de San
Martín le escribió a don Juan Manuel ofreciéndole sus servicios militares.
Rosas agradeció el gesto. Al enterarse del bravo combate de la vuelta de
Obligado, el 20 de noviembre de 1845, cuando los criollos enfrentaron
corajudamente a la escuadra anglo-francesa, San Martín volvió a escribirle a
Rosas y a expresarle sus respetos y felicitaciones: «Ahora los gringos sabrán que los criollos no somos empanadas que se
comen así nomás sin ningún trabajo».
San Martín para ese entonces estaba muy
enfermo. Sufría asma, reuma, úlceras y estaba casi ciego. Su estado de salud se
fue agravando hasta que falleció el 17 de agosto de 1850. En su testamento pedía
que su sable fuera entregado a Rosas «por la firmeza con que sostuvo el honor
de la república contra las injustas pretensiones de los extranjeros que
trataban de humillarla» y que su corazón descansara en Buenos Aires.

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